LO QUE HAY QUE SABER

LO QUE HAY QUE SABER

Icono IDevice 1. LEAMOS LA HISTORIA DE UN HOMBRE LLAMADO HABACUC

Hace 2500 años vivió un hombre muy especial. Se llamaba Habacuc. Era judío. Vivía con su mujer y sus hijos como cualquier otra familia, con sus ovejas y bueyes. Dormían en una tienda, en el desierto del Negueb, cerca de Arabia. Se iban trasladando de un lugar a otro cada año para dar así de comer a sus ganados. No era lo habitual, ya que en aquel tiempo, los judíos llevaban, normalmente, una vida sedentaria. De pequeño tuvo bastante suerte, sus padres consiguieron que estudiara en Jerusalén con sabios como Esdras o Nehemías la Ley judía, la Torá, que por entonces era un saber que se transmitía de boca en boca. Era una época en que el judaísmo se estaba reponiendo del exilio, de la esclavitud a la que había sido sometido por el pueblo babilonio durante décadas, esclavitud que habían sufrido sus propios padres: Jerusalén estaba renaciendo de sus ruinas. Estudió hebreo, egipcio y griego. Aunque luego se casó y comenzó una vida de trashumancia, nunca dejó de lado sus conocimientos y siguió estudiando por su cuenta, adquiriendo más sabiduría en las ciudades por las que pasaba: Jerusalén, Jaram, Nínive, incluso, Babilonia, etc. Judío fiel a sus creencias y fiel al Dios del cual le habían hablado sus padres: Yavé.

Además de las preocupaciones propias de un padre de familia, Habacuc tenía en la cabeza otras de tipo social. Cerca de las rutas que seguía había pueblos cuyas costumbres repugnaban su conciencia: sacrificios humanos a dioses oscuros, pueblos con vidas inmorales, gentes violentas, etc. Llevaba ya tiempo reflexionando sobre cómo podía prevenir a sus amigos del mal que amenazaba sus vidas al acercarse a esos otros pueblos. En especial quiso advertirles de la maldad que habitaba en un pueblo de la tierra de Canaán que adoraba a varios dioses, pero especialmente un dios que era la personificación del mal y que era representado por aquellos en forma de serpiente. Además, podía ver cómo las creencias mesopotámicas habían calado en el pueblo judío: muchos judíos creían en dioses tales como AN (dios del cielo), NINHURSAG (diosa de la tierra), SHAMASH (dios del sol), SIN (diosa de la luna), ISHTAR (diosa de la fertilidad), etc., y su fe en Yavé como único Dios y creador había casi desaparecido.

Pero Habacuc tenía más preocupaciones, intelectuales y espirituales: muchas veces se preguntaba cómo había creado Dios el mundo, cómo era el mismo Yavé. También tenía interrogantes sobre la sociedad en la que vivía. Así, se preguntaba: ¿por qué trabajamos según periodos de 7 días? ¿Por qué descansamos uno de cada siete días? ¿Por qué la mujer tiene hijos y no el hombre? ¿Por qué hombre y mujer hacen tareas diferentes? ¿Por qué los animales no necesitan vestido y los seres humanos sí? ¿Por qué hay mal en el mundo? En definitiva se preguntaba: ¿por qué el mundo es como es?

Muchos que conocían de su sabiduría le consultaban y le exponían sus problemas: se había hecho conocido por sus respuestas y su capacidad para resolver los problemas de la gente. Con el tiempo pensó que si escribía las respuestas a todas las preguntas que le hacían y a otras que él mismo se hacía, ayudaría a más gente. Pensó también que si usaba un método didáctico, la escritura de una historia, un cuento, una especie de fábula con personajes que hablaran de esas respuestas, los lectores comprenderían mejor el mensaje. Así es como se decidió a escribir una historia que tituló Génesis, también llamada El Origen: es la historia que todo el mundo conoce sobre Adán y Eva.

Habacuc sabía perfectamente que Yavé no había creado al varón a partir de un figura de barro, ni a la mujer a partir de una costilla de Adán, ni la creación en 7 días, etc., aunque así lo escribió para darle cierto interés al relato: dicho de otro modo, no tenía ni idea de cómo se originó el ser humano. Hoy nosotros sabemos algo de la respuesta: lo llamamos Evolución de las Especies. Sin embargo Habacuc inventó ese cuento para  transmitir algo: de alguna manera, Yavé está detrás de todo, ya sea de una figura de barro, ya sea de la Evolución de las Especies, o el Big Bang,... sea lo que fuere, Yavé lo ha originado. Así, el autor del Génesis quiso transmitir este mensaje, a la gente de su época: 

  • Solo hay un Dios: YAVÉ
  • Yavé es el creador del mundo (el cómo... no tiene tanta importancia), mundo en el que el sol, no es un dios, ni tampoco la luna es una diosa, ni el cielo está lleno de divinidades caprichosas que se contraponen.
  • Yavé nos ha creado varón y mujer, con capacidad para amarse entre sí y amar a Yavé. (Adán y Eva)
  • Yavé nos ha creado por amor.
  • Yavé nos ha creado libres y parecidos a él, nos ha hecho a su imagen: tenemos sentimientos, pasiones, somos libres... somos personas.
  • Yavé ha creado al hombre con capacidad para dominar la creación.(Jardín del Edén)
  • Yavé nos ha hecho libres, con capacidad para hacer el bien o para hacer el mal. (Fruto del árbol)
  • Hemos de huir de las creencias del pueblo que adora a dioses como el dios del sol o la diosa de la luna, o al dios serpiente. (Serpiente)
  • Debemos mantener nuestra fidelidad y confianza en Yavé.
  • Yavé castiga pero también perdona y ama al hombre. (Expulsión del Edén)



Icono IDevice 2. LEE EL SIGNIFICADO DE ALGUNOS SÍMBOLOS DEL GÉNESIS VISTOS POR EL CRISTIANISMO
Muestra Imagen LA SERPIENTE: símbolo de aquello que nos aleja de Dios
LA SERPIENTE: símbolo de aquello que nos aleja de Dios
Muestra Imagen LA COSTILLA DE ADÁN: símbolo de la semejanza y diferencias entre el hombre y la mujer.
LA COSTILLA DE ADÁN: símbolo de la semejanza y diferencias entre el hombre y la mujer.
Muestra Imagen ADÁN: símbolo del primer hombre que eligió el mal conscientemente.
ADÁN: símbolo del primer hombre que eligió el mal conscientemente.
Muestra Imagen EL QUERUBÍN: símbolo de aquello por lo que ha de pasar el ser humano para encontrarse con Dios.
EL QUERUBÍN: símbolo de aquello por lo que ha de pasar el ser humano para encontrarse con Dios.
Muestra Imagen LOS ANIMALES: símbolo de la tierra como regalo de Dios hacia el hombre para que haga un uso correcto de ella.
LOS ANIMALES: símbolo de la tierra como regalo de Dios hacia el hombre para que haga un uso correcto de ella.
Muestra Imagen EL FRUTO: símbolo de lo que impide al hombre llegar a Dios.
EL FRUTO: símbolo de lo que impide al hombre llegar a Dios.
Muestra Imagen EL ÁRBOL DE LA CIENCIA DEL BIEN Y DEL MAL: símbolo de la tentación de todo ser humano de querer ser más de lo es como ser humano.
EL ÁRBOL DE LA CIENCIA DEL BIEN Y DEL MAL: símbolo de la tentación de todo ser humano de querer ser más de lo es como ser humano.
Muestra Imagen EL CALCAÑAL: símbolo de la capacidad que tiene el mal para dañar al hombre.
EL CALCAÑAL: símbolo de la capacidad que tiene el mal para dañar al hombre.
Muestra Imagen LA HOJA DE HIGUERA: símbolo de la situación imperfecta y frustrante en que vive el hombre.
LA HOJA DE HIGUERA: símbolo de la situación imperfecta y frustrante en que vive el hombre.
Muestra Imagen EL JARDÍN DE EDÉN: símbolo de la vida junto a Dios.
EL JARDÍN DE EDÉN o PARAÍSO: símbolo de la vida junto a Dios.
Muestra Imagen EVA: símbolo de la primera mujer que eligió el mal conscientemente.
EVA: símbolo de la primera mujer que eligió el mal conscientemente.
Muestra Imagen EL ALIMENTO: símbolo del fruto del trabajo que debe realizar el hombre diariamente para sobrevivir.
EL ALIMENTO: símbolo del fruto del trabajo que debe realizar el hombre diariamente para sobrevivir.
Icono IDevice 3. LEAMOS AHORA PARTE DEL TEXTO BÍBLICO: Gn 3,1 - 4,1
3,1 La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: «¿Es cierto que os ha dicho Dios: No comáis de ningún árbol del jardín?»

3,2 La mujer respondió a la serpiente: «Nosotros podemos comer del fruto de los árboles del jardín.

3,3 Sólo del fruto del árbol que está en medio del jardín nos ha dicho Dios: No comáis de él, ni lo toquéis siquiera, bajo pena de muerte.»

3,4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: «¡No, no moriréis!

3,5 Antes bien, Dios sabe que en el momento en que comáis se abrirán vuestros ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.»

3,6 La mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió; dio también de él a su marido, que estaba junto a ella, y él también comió.

3,7 Entonces se abrieron sus ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; cosieron unas hojas de higuera y se hicieron unos ceñidores.

3,8 Oyeron después los pasos del Señor Dios, que se paseaba por el jardín a la brisa de la tarde, y el hombre y su mujer se escondieron de su vista entre los árboles del jardín.

3,9 Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?»

3,10 Y éste respondió: «Oí tus pasos por el jardín, me entró miedo porque estaba desnudo, y me escondí.»

3,11 El Señor Dios prosiguió: «¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿No habrás comido del árbol del que te prohibí comer?»

3,12 El hombre respondió: «La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí.»

3,13 El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué es lo que has hecho?» Y la mujer respondió: «La serpiente me engañó y comí.»

3,14 El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los ganados y entre todas las bestias del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás del polvo de la tierra todos los días de tu vida.

3,15 Yo pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo; él te aplastará la cabeza y tú sólo tocarás su calcañal.»

3,16 A la mujer le dijo: «Multiplicaré los trabajos de tus preñeces. Con dolor parirás a tus hijos; tu deseo te arrastrará hacia tu marido, que te dominará.»

3,17 Al hombre le dijo: «Por haber hecho caso a tu mujer y por haber comido del árbol prohibido, maldita sea la tierra por tu culpa. Con trabajo sacarás de ella tu alimento todo el tiempo de tu vida.

3,18 Ella te dará espinas y cardos, y comerás la hierba de los campos.

3,19 Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado; porque polvo eres y en polvo te has de convertir.»

3,20 El hombre llamó Eva a su mujer, porque ella fue la madre de todos los vivientes.

3,21 El Señor Dios hizo al hombre y a su mujer unas túnicas de piel y los vistió.

3,22 Después dijo: «¡He ahí al hombre, que ha llegado a ser como uno de nosotros por el conocimiento del bien y del mal! ¡No vaya ahora a tender su mano y tome del árbol de la vida, y comiendo de él viva para siempre!»

3,23 El Señor Dios lo expulsó del jardín de Edén para que trabajase la tierra de la que había sido sacado.

3,24 Expulsó al hombre, y puso delante del jardín de Edén los querubines y la llama de la espada flameante para guardar el camino del árbol de la vida.

4,1 El hombre tuvo relaciones con su mujer, Eva, la cual concibió, dio a luz a Caín y dijo: «He tenido un hombre gracias al Señor.»


Este artículo está licenciado bajo Creative Commons Attribution Share Alike 3.0 License